El vuelo hasta Copenaghen fue muy bien, con wifi a bordo y despidiéndome de los últimos. Al lado tenía unos noruegos o daneses un poco raros, eran amigos y ni siquiera hablaban entre ellos, cada uno iba a lo suyo, estarían en voto de silencio quizás, como los monjes budistas aquí, en Tailandia.
Aterrizo en el aeropuerto de Dinamarca un poco cansado, la mochila me pesaba toneladas con el portátil y una riñonera un poco fea pero necesaria. Dado a las prisas de esta mañana no me había echo los bocadillos, así que tocaba comprarme algo, voy a los tax free que salen más baratos y veo que la moneda no es el euro... no me acordaba que en Dinamarca se usaban coronas danesas, así que tuve que coger el conversor de divisas del móvil y hacer los cálculos. Un bocadillo normalito costaba 10€, quería morirme, prefería no comer a gastarme 10€ en un bocadillo que seguramente no sería de los mejores que había comido en mi vida. Al final me compré un sandwich que seguramente estaba más malo que lo anterior, es una pena.. y una bolsa de chucherías que a mi tanto me gustan para el camino.
Embarcando a Bangkok |
Después de unas cuantas conversaciones, decidimos de coger el taxi juntos para llegar a Khao San Road, que es allí cerca donde tengo mi guest house por 3 días, el vuelo se hizo un poco largo, sobretodo en la zona de los países acabados en "stan", sí, aquellos que probablemente estén en guerra o lo hayan estado.
Llega la hora de aterrizar, que ganas tenía, empezaba un nuevo mundo para mí junto con mis 2 compañeros de vuelo, Ali y Jeppe. Cogimos el taxi hasta Khao San Road, al final pactamos con el taxista un precio de 500 bahts, quizás nos podía haber salido mejor pero bueno estábamos cansados y no venía de 1.5€. Llegamos a nuestro alojamiento y ellos también deciden quedarse una noche en la misma guest house que la mía.
Al rato otro compañero llega a Tailandia con 2 amigos más con destino a Koh Tao que seguramente vaya a ser mi próximo destino en breves y 2 chicos que estaban ya por Tailandia, Khao San es un lugar de paso y para visitar un tiempo, no para quedarse. Ahora la soledad a veces puede cambiarse por la palabra compañía y viceversa, como ahora, que estoy tumbado en la cama con un sueño que me muero aunque sean las 6:15 de la tarde. Jet lag que se le llama, no lo conocía hasta el día de hoy, voy a descansar amigos, un fuerte abrazo.
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